¿Cuál es el proceso que sigue una sandía ecológica hasta llegar a los hogares de media Europa?

La historia de la sandía hunde sus raíces casi en la leyenda. Su cultivo está datado desde 3.500 años antes de Cristo y ya aparece reflejado en los jeroglíficos del antiguo Egipto, donde se cultivaba en los bancales del río Nilo. Su fama en todo el mundo se inició gracias a los árabes, que la difundieron por toda la cuenca mediterránea como una fruta llena de cualidades antioxidantes y por supuesto muy refrescante. No en vano, es la fruta de verano por antonomasia, un producto imprescindible que llega desde Naturcharc a las despensas de media Europa. 

Pero todo ese camino se inicia, por supuesto, en la finca. O, más concretamente, en el cuidado con el que nuestros maestros agricultores seleccionan las semillas y las variedades para obtener un producto que aúne el dulzor con la jugosidad. Una vez realizada esta primera fase, comienza la siembra. La sandía es una planta que necesita de unas condiciones muy concretas de temperatura y de riego. Los parámetros climáticos que encontramos en la provincia de Almería son óptimos para su desarrollo durante los meses de primavera, cuando las temperaturas empiezan a aumentar. 

La planta de la sandía crece pegada al suelo, aunque sus raíces pueden llegar a ser muy profundas. Por eso requiere un cuidado experto para ofrecer una tierra que aúne las mejores características de densidad y humedad que son idóneas para que la planta se desarrolle de un modo óptimo. El cuidado diario de nuestros agricultores asegura un desarrollo perfecto, en el que los aportes de agua tienen que adaptarse a la fase de crecimiento de la planta, pero también a las condiciones climáticas que acompañan a cada fase de su crecimiento.

Un 95% de agua

De hecho, la sandía es la fruta con una mayor proporción de agua. Cuenta nada menos que con un 95% de este elemento en su peso total. Un dato que la convierte en acompañante ideal para los días calurosos del verano. Curiosamente, la sandía está más emparentada con algunos tipos de verduras que con las frutas. Es de la misma familia botánica que los pepinos o los calabacines, pero el elemento que la sitúa decididamente en el reino de las frutas es su sabor dulce y suave. Aún así apenas cuenta con 6,3 gramos de azúcar por cada 100 de peso, así que no va a echar por tierra los esfuerzos de la dieta. 

La sandía tiene un tiempo de desarrollo en la planta de unos tres meses. Es imprescindible dejar que el fruto se desarrolle hasta su tamaño óptimo antes de recolectarlo. El tamaño de las sandías varía mucho, pero es una fruta grande y solo la mirada experta de nuestros agricultores puede determinar cuándo ha llegado el momento perfecto para la recolección. Del campo pasará entonces a nuestros almacenes, dónde serán clasificadas y guardadas en las mejores condiciones antes de iniciar su camino hacia los mercados.

La sandía es uno de los productos estrella de nuestra producción ecológica no solo aquí en España, sino también en los mercados europeos, donde es muy apreciada como plato de postre. Es un largo camino que debe realizarse de un modo cuidado, manteniendo unas condiciones óptimas de temperatura que permitan al fruto madurar a su debido tiempo y poder llegar así a la mesa en el momento justo de ofrecer a los consumidores una experiencia del más alto nivel. Las sandías aportan muchos nutrientes imprescindibles: vitamina C, minerales y elementos antioxidantes como el licopeno, que además de aportarle su color rojo intenso nos ayudan a recuperarnos mejor de la exposición al sol en verano.

¿Sabes que puedes encontrar más información en nuestras redes sociales? Síguenos en Facebook, Linkedin e Instagram